A Mi Amigo Vilá...
Llegué hasta tí querido hermano
en aquella habitación de enfermo
te miré fijamente en aquél sueño profundo
sin responder a nada.
En aquel lecho de muerte...
Te miré fijamente todo tu cuerpo
y comenzé a dar marcha atrás,
sólo un instante miraba tu cabeza,
llena de ideas que huían
como cuando tiras al fuego
ese envase con agua que hierve sin cesar
llevando el constante fluir de tus ideas
El agua se ha tornado fria y apaciblemente espera
que una mano la mueva.
Miraba tus manos,
las mismas que cortaban la madera
y con aquella habilidad y belleza
hacian todo tipo de muebles.
Aquellas maravillas que hasta Cristo mismo
se hospedaba en ellas...
Seguí recorriendo todo tu cuerpo
y miré aquellos pies que emulaban
los pasos que un dia Jesus anduvo.
Aquel Señor sabio que llegó a darnos enseñanzas de luz,
para camirar rectos nuestros pasos.
Así eras tú, sin embargo te veo inerte
y me pregunto en el silecio de tu profundo sueño
en ese lecho de muerte...
Podrás oir a tus seres queridos, a tus amigos?
Podrás oir a Dios?
El te podrá oir a tí?
Pídele perdón por tus pecados, te podrá oir
cuando pidas, pide por nosotros
no dejes de implorar...
Acuérdate de aquella parábola
del hombre que le toco la puerta a Dios
y El no la abría, pero siguió insistiendo
tocando aquella puerta duro,
la tocaba mas duro,
la tocaba durísimo
y al final Dios se la abrió.
Insiste hermano mio,
sigue tocando por tí y por nosotros.
Dios al final la abre y allí está El
esperandote a ti
y algún dia a nosotros.
9 de junio del 2006
José R Suarez
en aquella habitación de enfermo
te miré fijamente en aquél sueño profundo
sin responder a nada.
En aquel lecho de muerte...
Te miré fijamente todo tu cuerpo
y comenzé a dar marcha atrás,
sólo un instante miraba tu cabeza,
llena de ideas que huían
como cuando tiras al fuego
ese envase con agua que hierve sin cesar
llevando el constante fluir de tus ideas
El agua se ha tornado fria y apaciblemente espera
que una mano la mueva.
Miraba tus manos,
las mismas que cortaban la madera
y con aquella habilidad y belleza
hacian todo tipo de muebles.
Aquellas maravillas que hasta Cristo mismo
se hospedaba en ellas...
Seguí recorriendo todo tu cuerpo
y miré aquellos pies que emulaban
los pasos que un dia Jesus anduvo.
Aquel Señor sabio que llegó a darnos enseñanzas de luz,
para camirar rectos nuestros pasos.
Así eras tú, sin embargo te veo inerte
y me pregunto en el silecio de tu profundo sueño
en ese lecho de muerte...
Podrás oir a tus seres queridos, a tus amigos?
Podrás oir a Dios?
El te podrá oir a tí?
Pídele perdón por tus pecados, te podrá oir
cuando pidas, pide por nosotros
no dejes de implorar...
Acuérdate de aquella parábola
del hombre que le toco la puerta a Dios
y El no la abría, pero siguió insistiendo
tocando aquella puerta duro,
la tocaba mas duro,
la tocaba durísimo
y al final Dios se la abrió.
Insiste hermano mio,
sigue tocando por tí y por nosotros.
Dios al final la abre y allí está El
esperandote a ti
y algún dia a nosotros.
9 de junio del 2006
José R Suarez
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